La farmacopea son libros recopilatorios de recetas de productos con propiedades medicinales reales o supuestas en los que se incluyen elementos de su composición y modo de preparación editados desde el Renacimiento.
El conocimiento para un uso del aceite de argán se adopta para los tratamientos corporales para combatir los estragos de la edad y el clima: funciona perfectamente en las arrugas y sequedad de la piel, reduce las huellas visibles dejadas por granos de acné, secuelas de la varicela, y otras lesiones de la piel o irritaciones de dichas marcas de estriamiento, el conocimiento de estas características se basan en el descubirmiento del Libro: “Misceláneo de Ocaña” ó “Misceláneo de Salomón”, recibió primer nombre por unos manuscritos descubiertos en 1969, en la ciudad de Ocaña (Toledo) durante la demolición de una casa, se encontraron 9 manuscritos, hasta que en 1971 llegaron a manos de Joaquina Albarracín y Juan Martínez Ruiz, profesores ambos en ese momento de la Universidad de Granada, fotocopiaron estos manuscritos y fueron devueltos a sus propietarios.
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Fueron traducidos para conocer gran parte de la farmacopea marroquí, donde explica los tratamientos utilizados desde la Edad Media del Aceite de argán, un árbol que mantiene el equilibrio ecológico y económico de la población en el suroeste de Marruecos, como así lo reconoció la Unesco clasificando Reserva de la Biosfera como patrimonio mundial en el año 1998.
Los frutos del Argán son verdes, parecidos a las aceitunas, algo más grandes y con hueso, existen tres especies de dátiles verdes, de los que se extrae el aceite, un proceso laborioso, de prensado, secado, filtrado. De este modo se obtiene el aceite de argán con un porcentaje de Ácido oleico de entorno a un 45%, que Ejerce una acción beneficiosa en los vasos sanguíneos reduciendo el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares